Descubrimiento de Molinoviejo
Un día de 1945, don José María Hernández de Garnica pasó por la carretera delante de la finca y le comentó a San Josemaría que era propiedad de sus tías. El 7 de abril fue a verla acompañado de Don Álvaro del Portillo y dos personas más. Aunque la casa no era muy grande, se podría utilizar en grupos reducidos, así que se alquiló para aquel mismo verano de 1945. Su hermana Carmen Escrivá se encargó de todo lo referente a la atención doméstica en la puesta en marcha de Molinoviejo. Un día, de estos primeros años, San Josemaría describió Molinoviejo como una esmeralda en la mano morena de Castilla. Esa frase está escrita en un repostero en la entrada del Pabellón.
Primeros compromisos
El 19 de junio de 1946 se adquirió la finca. Pensando el nombre que le pondrían, San Josemaría, fijándose en un antiguo molino movido por una pequeña cascada del arroyo, propuso el nombre de Molinoviejo. Al regresar de su primera estancia en Roma, San Josemaría pasó en Molinoviejo todo el mes de septiembre de 1946. El 24 de ese mes, fiesta de la Virgen de la Merced, reunió a algunos de sus hijos mayores. Ante la imagen de la Virgen de Santa María, Madre del Amor Hermoso, que preside la Ermita, realizaron por primera vez los compromisos que ahora hacen todos los miembros de la Obra antes de su incorporación definitiva a la Prelatura. Poco después, la talla de la Virgen fue restaurada.
Vigas de la ermita
El día en que se cumplía un año de aquellos compromisos, San Josemaría volvió a rezar ante la imagen. En tal ocasión, indicó que, con las antiguas vigas de la Ermita, se hiciesen cruces de palo: una para cada Comisión y cada Asesoría Regional, y otra, más pequeña, para la primera vocación de cada país. Las vigas que aún no se han utilizado están reservadas en el arcón del Oratorio de la Residencia.
Estancia de San Josemaría
El 2 de junio de 1948, San Josemaría llegó de Roma, y tras una semana en Madrid, se instaló en Molinoviejo, donde permanecería hasta finales de diciembre. Así pudo dedicar mucho tiempo a trabajar y a seguir de cerca las obras de la Casa Antigua. Puso especial atención en la instalación del Oratorio de la Casa Antigua, que consagró el 22 de agosto de 1948, día en que se reservó el Santísimo Sacramento en el Sagrario. El fresco del retablo representa la Anunciación y está inspirado en un cuadro de Boticelli. El fundador quiso que se pusieran alegorías de la Virgen en diversas partes del Oratorio, como la sillería, para fomentar el amor a la Virgen. El 24 de octubre de ese mismo año, consagró el altar de la Ermita.
Primer Congreso General
En abril de 1951, San Josemaría volvió a trasladarse a Molinoviejo con motivo del primer Congreso General de la Obra, que se iba a celebrar allí.
Bodas de Plata del Opus Dei
El 2 de octubre de 1953, el Opus Dei celebró sus Bodas de Plata. San Josemaría se encontraba en Molinoviejo. Ese día, renovó en la Ermita la Consagración del Opus Dei al Corazón Dulcísimo de María, que había realizado en Loreto el 15 de agosto de 1951. Delante de la Ermita, junto al sendero, hizo colocar una lápida en la que se resume la historia de aquellas fechas.
Retrato de San Josemaría
San Josemaría estuvo en innumerables ocasiones en Molinoviejo. En 1966, en la sala de estudio del Pabellón, el pintor Luis Mosquera realizó un retrato de San Josemaría mientras el Fundador posaba y hablaba con él. Uno de los pinceles que utilizó está enmarcado en dicha sala.
"Molinoviejo me robas el alma"
En abril de 1967 dedicó uno de sus libros, Camino, a las personas que trabajaban en la Administración con la siguiente dedicatoria: "Molinoviejo, me robas el alma".
Última estancia de San Josemaría
La última estancia del Santo en esta finca fue en 1972.